Publicado en Reflexiones, Sentimientos

Detalles

Son los detalles los que marcan la diferencia. Siempre lo he tenido clarísimo. De este pensamiento nacieron mis gotitas de felicidad pero también nacen mis inseguridades y mil dudas…

Las cosas cambian deprisa y sin darnos cuenta. A veces no percibimos las razones de ese cambio: un beso que no das, un te quiero silencioso, las buenas noches que no llegan… Luego nos preguntamos qué ha pasado, por qué se alejó de mí, por qué dejó de quererme, por qué…

Detalles… Un gesto, una palabra, una mirada. Son los detalles los que hacen que el amor se gaste o permanezca, que la paciencia se acabe o que respiremos hondo y sigamos adelante. Son los detalles los que nos hacen sonreír y ser felices o los que pueden hacernos sentir incomprendidos y dolidos.

A menudo podemos hacer o decir algo sin importancia, una tontería de la que ni siquiera somos conscientes pero que puede influir en otra persona para bien o para mal. Son esas cosas que quizá a nosotros no nos afectarían o que incluso ni siquiera advertiríamos. Sin embargo, y por suerte, no somos todos iguales, y con una frase inocente o un gesto cómico podemos hacer tambalear el ánimo de alguna de las personas que se encuentren a nuestro alrededor. Comúnmente se conoce como herir sensibilidades, y sé bien de lo que hablo ya que a menudo soy yo la que se tambalea sin razón aparente para los demás.

Todo esto puede ser complejo y confuso pero creo que finalmente se reduce a conocer a los demás y aprender de ellos, a desarrollar nuestra empatía y sobre todo, a fijarnos y cuidar los detalles.

Lo veo todo, lo siento todo, capto miles de detalles como astillas que me despellejan viva. Miles de detalles que a otros no les afectan porque tienen la piel de cocodrilo.

 Los ojos amarillos de los cocodrilos (Katherine Pancol)

Se dice, se comenta...